13/04/12

El clan del oso cavernario - Pág. 99

AUEL, Jean M. El clan del oso cavernario. Madrid: Maeva, 2008. ISBN 978-84-96231-63-4.

Esta é a primeira novela da saga Los hijos de la tierra, formada por 6 libros ambientados no paleolítico. A protagonista, Ayla, é unha rapaza cro-magnon criada por neandertais tras morrer a súa familia e que logo debe deixalos. Ó longo das súas aventuras convirtese nunha experta cazadora, descubre un novo xeito de facer lume, sobrevive ás experiencias máis duras e domina a curación con herbas mediciñais.

"La compañera de Brun fue buena con ella cuando se trasladó para vivir con la familia del jefe, sentándose con ellos y caminando tras Ebra mientras buscaban una cueva. Pero Brun la asustaba. Era más serio que el compañero de su madre; su responsabilidad pesaba duramente sobre sus hombros. La principal preocupación de Ebra era Brun, y nadie disponía de mucho tiempo para dedicárselo a la huérfana mientras viajaban. Pero Broud la había visto sentada sola y contemplando tristemente las llamas una noche. Oga se sintió abrumada de gratitud cuando el orgulloso muchacho, casi un hombre, que raras veces le había prestado atención anteriormente, fue a sentarse a su lado y le rodeó los hombros con su brazo mientras ella desahogaba su pena. Desde aquel momento, Oga vivió con un solo deseo: cuando se convirtiera en mujer, deseaba ser entregada a Broud como su compañera.

El sol del atardecer era cálido en aquel ambiente inmóvil. Ni una leve brisa agitaba una sola hoja. El silencio expectante era perturbado únicamente por el zumbido de las moscas, que se saciaban con los restos de comida, y el ruido de las mujeres que cavaban un foso para asar. Ayla estaba sentada junto a Iza mientras la curandera buscaba la bolsita roja en su bolso de piel de nutria. La niña había andado tras ella el día entero, pero ahora Iza tenía que efectuar con Mog-ur ciertos ritos como preparación para el importante papel que debería desempeñar al día siguietne en la ceremonia de la cueva, ahora que ya estaban seguros de que habría uno. Condujo a la niña que la seguía hacia el grupo de mujeres que excavaban un produndo hoyo no lejos de la boca de la cueva. Sería forrado con piedras y se encendería dentro un gran fuego que habría de arder toda la noche. Por la mañana, el bisonte desollado y descuartizado, envuelto en hojas, sería bajado al foso, lo cubrirían con más hojas y una capa de tierra, y se quedaría asándose en el horno de piedras hasta el crepúsculo.
La excavación era un trabajo lento y fastidioso. Usaban palos agudos de cavar para romper la tierra, que era depositada a puñados en un manto de cuero que después se sacaba del foso y se vaciaba. Pero una vez cavado, el foso podría servir muchas veces; lo único que se necesitaría sería quitar las cenizas de vez en cuando. Mientras las mujeres cavaban, Oga y Vorn, bajo la mirada vigilante de Ovra, la hija no emparejada de Uka, recogían la leña y traían piedras desde el río."

Blogue oficial da saga Los hijos de la Tierra.





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